Ignacio de Castro. Rafa Nadal llega al Masters 1000 de Roma con sentimientos encontrados, por una parte llega habiendo realizado el peor inicio de campaña de los últimos 10 años y por otra, quiere confirmar que ha vuelto y que lo que ocurrió en Madrid -a pesar de que fue vapuleado en la final por Murray- no fue una casualidad.
Parece que el torneo romano es el mejor para confirmar esa mejoría, y es que, el mallorquín ha ganado allí 7 veces, en la memoria todos los amantes del tenis tenemos esa heroica final a 5 sets con Roger Federer, y el jugar a nivel del mar será beneficioso para él y para desarrollar su juego.
Comenzará la semana con el peor ranking de los últimos 10 años, tras perder la final en Madrid se sitúa en 7 lugar, y esto pude hacer que se encuentre con rivales muy duros antes de tiempo. Nadal defiende los puntos de la final del año pasado (600) que perdió con Novak Djokovic y puede perderlos si cae prematuramente en las primeras rondas.
Parece todo en contra pero Rafa no se rinde y es que el público del Foro Itálico le tiene un cariño especial, ha ofrecido una década de lucha y esta pista le ha visto ganar 45 veces por solo 3 derrotas. Solo Juan Carlos Ferrero (2008) y Novak Djokovic (2011 y 2014) han batido al mejor jugador en tierra de todos los tiempo, el resto de las ediciones ha terminado mordiendo el trofeo.
Por este motivo hay que confiar en él, porque siempre juega una pelota más, porque se puede llegar y en esto Rafa lo tiene claro, puede volver y puede pelear con los mejores. Entre ceja y ceja tiene Roland Garros, su torneo favorito, pero el primer escollo para llegar en condiciones óptimas pasa por Roma y por hacer un buen papel en este torneo. Una vez pasados estos torneos todo lo que resta de temporada será sumar puntos por lo que se detendrá la sangría de puntos y el descenso de puestos en el ranking ATP.
En la tarde de ayer entrenó con Roger Federer y las sensaciones fueron muy buenas. No hay nada mejor que entrenar con el mejor tenista de todos los tiempos. Nadal debutará mañana ante el desconocido Marsel IIhan, un jugador que viene de la previa y que puede ser el «pugil» perfecto para comenzar a tomar contacto con el torneo y así llegar en plenitud de forma y juego cuando lleguen los partidos en los que realmente tendrá que confirmar que ha vuelto. Parte de la temporada de Rafa pasa por su resultado en Roma y en Roland Garros.
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